¿Una verdadera forma de vivir y comprender la vida bajo un tablero de cuadros blancos y negros que necesita de la participación de dos, artista y contrincante (léase espectador) para desvelar el misterio y la belleza que no tienen un destino único propuesto por el autor, sino que está abierta a las múltiples variantes del juego que hace del ajedrez (de la obra de arte) algo impredecible en donde importa mucho más el proceso que el final?
No hay comentarios:
Publicar un comentario