Después de dominar el ARTE
un niño murió de viejo.
La estética declaró la muerte
a las partes inútiles del cuerpo.
Los locos hablaron de venganzas
de unos elefantes, de ómnibus
purgantes, de unos bebés
cambiados por unas chapas.
¡Cómo pesaba el día!
Alguien quizo responder
a todas las preguntas
con una acción gigante:
rescatar territorios a los hielos.
Cuando Neptuno ya estaba convencido, ay
los polos divorciáronse
en curva, en breve y en cadena
y se terminó la totalidad del freón del mundo.
Bacterias nuevas pusieron huevos luminosos
bajo la dirección del patriotismo y de la ciencia
y bajo los acordes del inofensivo "banjo de la
muerte"
comenzaba la Segunda Era
que padeció el mismo defecto de la Primera:
llamar la atención, el autobombo.
Apenas se aventuraron unas comparaciones curiosas
y las verdaderas dimensiones de algunas cosas
(vulgares mollejas ocultaban oro).
Una profecía hablaba de princesas guarras
y de monjas de taberna
y de venganzas ferroviarias
y de la Máquina de Resucitar.
De todo esto sólo ocurrió la mitad
de lo cual se estableció un proverbio:
"a madre joven hijo pigmeo".
Antiguas divas del teatro
reclamaron Persia por teléfono
y todos sus trescientos octillones
de cosas perdidas por el mundo.
astllr
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