Una se pierde escuchándola,
imaginándola cantar de ese modo tan suyo, tan profundo que te hace temblar las
neuronas. Y grita, se pone a gritar, y el escenario desaparece, todo desaparece, sólo queda el
grito en su rostro, su rostro en el aire y el grito. Poesía.
Claudia Hernández.
No hay comentarios:
Publicar un comentario