Pilar Arguelle entrevista al
pintor Ramiro Ferrán (Ramy)
P-Típica pero obligada, la pregunta:
¿Qué es para ti la pintura?
R-Mira, para mí la pintura es una
substancia como lo puede ser la mantequilla, se puede extender de diferentes
formas sobre cantidad de superficies, algunos lo hacen sobre un lienzo usándose
de instrumentos varios como el pincel o la espátula. Lo importante de las cosas
no es lo que son, sino para qué se usan, mucho más allá de finalidades
comerciales claro, aquí ya ni entrar, es otra historia, otro mundo.
P-Tal vez me refería más a la
pintura artística, si así se puede llamar, o al arte en general visto desde
este punto, el pictórico.
R- Bueno, uno usa lo que
encuentra cuando necesita plasmarlo en un plano físico. Los berebere hablan
escribiendo formas en la arena. Todos lo hacemos, no sé porqué se le da más
importancia a los que se usan de las formas tradicionales de lo que venimos
llamando arte, ya sea pintura, escultura, literatura. El ser humano, por
necesidad, por instinto, es un ser que necesita aún de estos juegos para conmover
sus sentidos. El problema es que en las academias te hablan de todo lo
contrario. Yo había ido a clases de escritura japonesa, se respiraba espiritualidad,
como si de lo que se tratase fuera crecer por dentro y no al revés.
P-¿Cómo te definirías?
R- De mil maneras, lo mío es un
cambio constante o al menos así lo percibo, pero es que lo único que no cambia
aquí son las momias, lo muerto. La vida es cambio, jode y alegra, busca y
aprende, juegas o pierdes. Es lo que hay y lo que hacemos para cambiarnos.
Cambiando nosotros, cambiamos otras cosas. Puede que no lo veamos, pero se intuye. Y no es una creencia, se trata más bien de una experiencia.
Arte es eso, trascender, no es fe. Es otra palabra robada y podrida.
P- Se dice que tus obras son cada
vez más infantiles…
R- Generalmente no me importa lo
que opina la gente, pero esto me alegra, mucho.
P-¿Usas substancias que alteran
tu mente para trabajar?
R- No sabía que esto era la máquina
de la verdad, pero te diré que sí, que siempre, y que lo hacemos todos. Tú
estás trabajando y tomando café, casi eres un chamán…
P- En uno de tus libros, “El
colapso”, dedicas un capítulo entero a hablar sobre “arte, ego y eros”, háblanos
un poco del tema…
R- Sí, Eros es un camino, un
lenguaje para llegar al arte, al puro, tendríamos que ir a la prehistoria o
hablar de antropología. El Ego, el yo, no tiene que existir. El arte nos es
dictado, lo recibimos. Eros es perderse en el otro, centrarse fuera, entonces
nos convertimos en el cuerpo del otro, deshabitamos el nuestro y nuestro
cerebro se lo cree. No es nada nuevo, al contrario, tal vez fue lo primero.
P-Y, para acabar, ¿ qué veremos
hoy?
R- Pues eso no depende en
absoluto de mi, cada uno tiene sus ojos, su altura, su realidad, sus ideas, sus
pensamientos, sus conceptos, su gusto estético innato y el deformado…Yo aquí no
pinto nada!
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